¿Qué es la energía reactiva y cómo afecta a mi negocio?
No solo incrementa tu factura de la luz, la energía reactiva también deteriora el estado de la instalación eléctrica y hace que pierdas potencia.
¿De dónde sale la energía reactiva?
Aunque parezca que puede ser útil, la realidad es otra. La energía reactiva no tiene ninguna utilidad, más bien es una molestia tanto para el que la genera como para la red eléctrica. Es un desperdicio generado por aparatos que funcionan con un motor o transformador, como la maquinaria industrial o los ascensores.
Ya que no se puede transformar ni reutilizar, es probable que la compañía eléctrica que cobre un extra por toda esa energía desperdiciada que estás vertiendo a la red.
¿Cuáles son las desventajas de la energía reactiva?
Ya que no se puede utilizar ni reutilizar, únicamente interfiere en la red eléctrica. Por eso, no solo tu factura de la luz aumenta sino que también trae consigo algunas desventajas. Además de deteriorar la instalación de tu empresa, también varía la intensidad además de la potencia. Y por si fuera poco, es capaz de reducir la vida útil de tus aparatos.
Lo mejor que podemos hacer tanto por la salud de la instalación de tu empresa como por la de tus aparatos, es reducirla para mantenerlo en buen estado. Por supuesto, evitando así pagar ese suplemento extra por verterla.
¿Cómo se factura la energía reactiva?
Siempre que se supere un porcentaje de vertido, tu compañía te cobrará un extra al final de mes. El porcentaje depende de la potencia contratada, a más potencia menor es el porcentaje.
Si nuestra potencia es inferior a 10kW o está entre los 10kW y los 15kW, la penalización será a partir del 50%. En cambio, si la potencia es superior a 15kW, empezarán a cobrarnos a partir del 33%. Podemos saber si nos están cobrando este extra en nuestra factura buscando: exceso o complemento por energía reactiva.
¿Cuánto cobran por la energía reactiva?
El total dependerá de tu potencia y del porcentaje de energía que hayas vertido, por lo que deberemos calcularlo. Para ello, debemos conocer el factor de potencia, que se utiliza para medir la cantidad de energía reactiva que se produce en un periodo concreto.
Una vez lo tengamos, sólo debemos echar un vistazo al coste €/kVAhr. Entre 0.95-0.80 serán 0.0415€/kVAhr, mientras que si el factor de potencia es inferior a 0.80 el coste aumenta hasta 0.6233€/kVAhr.
¿Cómo evito estos problemas?
La forma más segura de evitar el extra por energía reactiva es contar con una batería de condensadores. Estos aparatos se encargan de minimizar la energía de la instalación, evitando que pasen a la red eléctrica. Suelen durar hasta 10 años y se instalan junto al cuadro eléctrico.
A pesar de que es una inversión a largo plazo, se verá amortizada en dos años. Su rentabilidad es rápida ya que reducimos mes a mes ese extra en nuestra factura de la luz.
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