Todo lo que debes saber del certificado de eficiencia energética
¿Qué es el certificado de eficiencia energética?
Es un documento oficial que certifica la eficiencia de la vivienda. Con él podemos saber el nivel de consumo de energía de la casa, además de saber cuáles son los puntos a mejorar. Puedes pensar en ello como la etiqueta energética de los electrodomésticos. A mejor puntuación, mayor ahorro.
¿Para qué sirve el certificado de eficiencia energética?
Como ya hemos dicho, es necesario en caso de querer vender o alquilar tu vivienda. Es obligatorio para cualquier vivienda alquilada o vendida a partir de Enero del 2013. El objetivo es que todas las viviendas dispongan de un certificado que muestre la eficiencia energética.
Así, el comprador o inquilino puede tener de primera mano una aproximación del consumo y elegir la vivienda que se ajuste a sus necesidades.
Por supuesto, el certificado de eficiencia energética también se utiliza para encontrar los posibles puntos a mejorar de una vivienda. El técnico te dará una lista de las mejoras necesarias a implementar con las que aumentar la eficiencia.
¿Cómo se obtiene el certificado de eficiencia energética?
Para poder conseguirlo es necesaria una auditoría de la vivienda. Al igual que ocurre con los negocios, en esta auditoria, el técnico analizará todo lo relacionado con el consumo —desde iluminación hasta agua caliente—.
Después, se emite el certificado en base al nivel de eficiencia encontrado en la vivienda. Como en la etiqueta energética de los electrodomésticos, la escala va de la A hasta la G.
El certificado de eficiencia energética solo lo puede emitir un técnico acreditado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Por eso, debes asegurarte que el técnico que realice la inspección esté certificado por el gobierno para emitir dicho papel.
¿Qué mejoras puedo realizar en mi vivienda?
Las mejoras que se pueden realizar en una vivienda para mejorar su eficiencia energética dependen del nivel de eficiencia que muestre el certificado.
Si el certificado tiene una clasificación de D o inferior, se recomiendan mejoras como la instalación de calefacción o aire acondicionado de bajo consumo, la sustitución de bombillas incandescentes por bombillas LED, el aislamiento térmico de la vivienda, etc.
Si el certificado tiene una clasificación de A o superior, las mejoras recomendadas son menos drásticas y pueden consistir en pequeños cambios en el comportamiento de los habitantes, como apagar las luces cuando no se está utilizando, mantener la calefacción a una temperatura adecuada, etc.