Trabajo de asesor energético: una carrera con futuro en 2025

El mercado de la energía ha cambiado… Ya no basta con pagar la factura y olvidarse. Ahora buscamos tarifas más justas, eficiencia energética, reducción de emisiones y, por supuesto, ahorro. Pero para lograr todo esto hace falta información y conocimiento técnico. Es aquí donde el asesor energético se convierte en una pieza fundamental. En este artículo te contamos qué hace, cuánto puede ganar, por qué 2025 es un año clave para esta profesión y cómo puedes empezar si estás pensando en reinventarte profesionalmente.
¿Qué hace un asesor energético y cuál es su papel hoy en día?
El asesor energético es un profesional especializado en analizar el consumo energético de un cliente —ya sea una empresa, una comunidad de vecinos o un hogar— con el objetivo de optimizar ese consumo, reducir costes y mejorar la eficiencia. No se trata solo de buscar una tarifa más barata (aunque también), sino de ofrecer una solución integral a nivel energético.
Sus funciones pueden variar según el tipo de cliente, pero suelen incluir:
- Revisión de contratos energéticos: Analiza si la tarifa contratada es adecuada al perfil de consumo.
- Comparación de ofertas: Estudia el mercado para encontrar la opción más económica y eficiente.
- Detección de sobrecostes: Identifica errores en la facturación, potencia mal ajustada o penalizaciones ocultas.
- Propuesta de soluciones de eficiencia: Desde cambio de potencias hasta instalación de paneles solares o contadores inteligentes.
- Asesoramiento legal y técnico: Informa sobre cambios normativos, subvenciones o ayudas disponibles.
- Seguimiento y monitorización: Evalúa periódicamente el ahorro conseguido y ajusta si es necesario.
Lo más importante es que no se limita a una venta puntual. Un asesor energético acompaña al cliente a lo largo del tiempo, actuando como un gestor de confianza que vela por sus intereses energéticos. Esto es especialmente valioso en un entorno tan cambiante como el actual, donde las condiciones del mercado y la legislación se actualizan constantemente.
¿Cuánto gana un asesor energético en España?
Una de las primeras preguntas que se hace cualquiera que se plantea entrar en este sector es clara: ¿de verdad merece la pena económicamente ser asesor energético? La respuesta es sí, pero como en muchas profesiones, depende de varios factores. No es lo mismo trabajar por cuenta ajena que hacerlo como autónomo, ni operar en una gran ciudad que en un entorno más reducido. También influye —y mucho— tu capacidad para generar clientes, fidelizarlos y aportarles valor real.
Lo interesante de esta profesión es que el techo lo pones tú. Si tienes perfil comercial, sabes comunicarte bien y te formas en el sector, puedes conseguir ingresos muy competitivos en poco tiempo. Hay asesores que trabajan con cartera propia y generan ingresos estables cada mes, y otros que prefieren la seguridad de una empresa que les respalde con formación, herramientas y clientes. Ambos caminos son válidos, y la elección dependerá de tu experiencia, tus objetivos y tu estilo de trabajo.
En términos generales:
- Asesor energético junior (con menos de 1 año de experiencia): puede ganar entre 18.000 y 22.000 € brutos anuales si trabaja en plantilla.
- Asesor energético con experiencia (2-5 años): el salario medio ronda los 25.000 a 35.000 € brutos anuales, más posibles comisiones.
- Asesores freelance o colaboradores independientes: aquí el potencial de ingresos es mayor. Muchos asesores trabajan a comisión por ahorro conseguido o por contratos gestionados, lo que puede generar ingresos de más de 40.000 € anuales o incluso más, según volumen y fidelización de clientes.
- Consultores especializados o asesores senior: si ya tienes una cartera consolidada y experiencia en sectores concretos (como comunidades de vecinos, industrias o energías renovables), puedes superar fácilmente los 50.000 € anuales.
Además, al tratarse de un sector en crecimiento, muchos asesores reciben formación continua y tienen la posibilidad de escalar dentro de una empresa, liderar equipos o incluso abrir su propia consultora energética.
¿Por qué 2025 es el mejor momento para trabajar como asesor energético?
No es una exageración: si estás pensando en cambiar de rumbo profesional o simplemente buscas una carrera con futuro, 2025 puede ser tu año. La figura del asesor energético está viviendo un crecimiento sin precedentes, y todo apunta a que esto no es algo puntual, sino una tendencia que irá a más. A continuación te contamos por qué ahora es un momento ideal para dar el salto.
1. La energía está en boca de todos
Desde que en 2021 cambiaron las reglas del juego con la subida de las tarifas reguladas y la llegada de los tramos horarios, el interés por entender la factura de la luz no ha parado de crecer. Lo que antes era un simple recibo que se pagaba sin mirar, ahora se ha convertido en un quebradero de cabeza para muchos. La mayoría de personas —y también muchas empresas— buscan ahorrar, pero no siempre saben por dónde empezar ni qué opciones tienen realmente.
Este nuevo contexto ha creado una necesidad muy clara: alguien que entienda el lenguaje de la energía, que sepa interpretar contratos, detectar errores y, sobre todo, traducir todo eso en soluciones prácticas. Ahí es donde entra el asesor energético, que convierte lo complejo en sencillo y lo técnico en ahorro. No se trata solo de cambiar de tarifa, sino de ofrecer una estrategia completa que se adapte a cada caso.
2. Energías renovables a pie de calle
Hace unos años, instalar placas solares era algo reservado a grandes empresas o casas unifamiliares en zonas rurales. Hoy, en cambio, cada vez más comunidades de vecinos, negocios y edificios urbanos están apostando por el autoconsumo. Y es solo el principio. España lidera el crecimiento solar en Europa, y se espera que en los próximos años se duplique la capacidad instalada.
Pero para que ese crecimiento sea viable, hace falta algo más que paneles. Se necesita información, planificación, estudios técnicos, ayudas, presupuestos y gestión. Muchos propietarios no saben por dónde empezar o no tienen claro si de verdad les compensa. Aquí el papel del asesor energético es clave: es quien guía todo el proceso, desde el análisis inicial hasta la ejecución, explicando ventajas, plazos y retornos de inversión de forma clara.
Y no hablamos solo de solar. También se demandan soluciones de aerotermia, iluminación eficiente, almacenamiento con baterías, y otros sistemas que requieren asesoramiento técnico. Las renovables ya no son el futuro: son el presente. Y necesitan profesionales que las sepan explicar y aterrizar.
3. Cambios normativos que impulsan el sector
La transición energética no es una opción, es un compromiso. La Unión Europea ha puesto sobre la mesa objetivos muy ambiciosos para los próximos años: neutralidad climática para 2050, reducción de emisiones en un 55% para 2030, y edificios más eficientes, entre otros. Todo esto se traduce en normativas más exigentes que están obligando a empresas, ayuntamientos y particulares a adaptarse.
En 2025, muchas de estas regulaciones ya están en marcha. Por ejemplo, las auditorías energéticas son obligatorias para grandes empresas, y los certificados de eficiencia energética son cada vez más necesarios para alquilar o vender inmuebles. Además, las ayudas públicas están aumentando, pero también exigen tramitaciones y documentación específica. Es un escenario donde el cliente medio no sabe por dónde empezar, y ahí es donde el asesor energético cobra protagonismo.
Lejos de ser un obstáculo, este entorno normativo representa una gran oportunidad para quienes entienden el mercado y pueden ofrecer soluciones claras. Ser asesor energético hoy significa estar bien informado, pero también ser el puente entre la ley y la acción práctica.
4. Tecnología al servicio del ahorro
Otra razón por la que esta profesión está en auge es la tecnología. Hoy tenemos acceso a herramientas que hace una década eran impensables: contadores inteligentes, plataformas de monitorización en tiempo real, apps de seguimiento del consumo, simuladores de ahorro energético, software de análisis de eficiencia... Todo eso ha hecho que el asesor energético trabaje con más información, y por tanto, pueda ofrecer soluciones más afinadas y personalizadas.
Pero también ha hecho que el cliente esté más informado y, a la vez, más confundido. Recibir datos no siempre es sinónimo de entenderlos. Muchos usuarios disponen de toda la información de su consumo… pero no saben qué hacer con ella. Por eso, el valor del asesor no está solo en tener las herramientas, sino en saber usarlas y traducirlas en decisiones prácticas: ajustar potencias, contratar tarifas inteligentes, combinar sistemas, planificar nuevas instalaciones...
Además, la digitalización ha hecho posible que asesores trabajen desde cualquier lugar, gestionen clientes en remoto y automaticen tareas. Es una profesión flexible, con un componente técnico cada vez mayor, y que se adapta perfectamente a las nuevas formas de trabajar.
5. Alta demanda y escasa competencia
El último gran motivo para considerar esta profesión es el desequilibrio que hay entre oferta y demanda. Las consultoras energéticas, las empresas instaladoras, las comercializadoras e incluso las administraciones están buscando perfiles que puedan asesorar sobre consumo, eficiencia, normativa y soluciones renovables. El problema es que no hay suficientes profesionales preparados para cubrir esa necesidad.
Esto significa que todavía hay mucho margen para crecer. No estamos hablando de un sector saturado, donde cuesta destacar. Al contrario: si te formas, te posicionas bien y eres capaz de aportar valor real al cliente, tienes muchas posibilidades de abrirte camino, ya sea como parte de una empresa o por tu cuenta como autónomo. Además, al tratarse de un ámbito tan amplio, puedes especializarte en nichos concretos: comunidades de propietarios, pymes, industria, vivienda unifamiliar, grandes consumidores...
En definitiva, no solo hay trabajo, sino que hay variedad, estabilidad y proyección de futuro. Y lo mejor de todo: se trata de un sector que, además de ofrecer buenos ingresos, tiene un propósito claro. Ayudas a la gente a ahorrar, pero también a ser más sostenible. Es una profesión con impacto real.
Habilidades y perfil profesional más buscado
¿Hay que ser ingeniero para trabajar como asesor energético? Para nada. Aunque tener una formación técnica puede ayudarte a entender mejor algunos conceptos o resolver situaciones más complejas, lo cierto es que no es un requisito imprescindible para empezar. Lo que realmente marca la diferencia en esta profesión es tu capacidad para detectar oportunidades de ahorro, comunicarte bien con el cliente y generar confianza.
El perfil más buscado hoy en día no es el de alguien que lo sepa todo sobre voltios y kilovatios, sino el de una persona con conocimientos básicos del mercado energético, actitud comercial, habilidades sociales y ganas de aprender. El asesor energético ideal es ese que sabe explicar una factura sin tecnicismos, que escucha las necesidades del cliente y que propone soluciones reales, no promesas vacías.
Y lo mejor: muchas de las competencias necesarias se pueden adquirir con formación práctica y enfocada, sin necesidad de pasar años en una carrera universitaria. Lo importante es tener la actitud adecuada, formarte de forma constante y ser resolutivo.
Las habilidades más valoradas actualmente son:
- Capacidad de análisis: entender facturas, detectar errores y calcular ahorros.
- Comunicación clara: saber explicar conceptos complejos con lenguaje sencillo.
- Proactividad comercial: capacidad de captar nuevos clientes y generar confianza.
- Formación en eficiencia energética y normativas actuales.
- Uso de herramientas digitales: hojas de cálculo, software de monitorización, CRM, etc.
- Empatía y vocación de servicio.
En muchos casos, las empresas del sector forman a sus asesores. Si tienes actitud y ganas de aprender, puedes empezar sin una experiencia previa en energía. Lo importante es mostrar compromiso, interés por el ahorro energético y facilidad para tratar con clientes.
Diferencias entre asesor, consultor y auditor energético
Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, lo cierto es que asesor, consultor y auditor energético no son lo mismo. Cada figura cumple un rol distinto dentro del proceso de gestión y optimización del consumo energético, y conocer las diferencias puede ayudarte tanto si estás pensando en entrar en el sector como si simplemente quieres entender mejor qué tipo de profesional necesitas en cada caso.
Asesor energético: el primer paso hacia el ahorro
El asesor energético es, por así decirlo, el punto de partida. Es el profesional que está en contacto directo con el cliente, ya sea un particular, una comunidad de vecinos o una empresa. Su función principal es identificar oportunidades de ahorro en el consumo energético y ofrecer soluciones personalizadas y prácticas.
Un asesor energético analiza facturas, revisa tarifas contratadas, estudia los hábitos de consumo y detecta ineficiencias o errores de facturación. A partir de ahí, propone cambios: una tarifa más adecuada, un ajuste en la potencia, la instalación de un sistema de autoconsumo, la sustitución de equipos obsoletos o incluso la contratación de un nuevo proveedor. También puede encargarse del seguimiento mensual, para asegurarse de que las medidas implementadas realmente están dando resultados.
Suele tener un perfil comercial con conocimientos técnicos básicos del mercado energético. No es imprescindible que sea ingeniero, pero sí debe estar bien formado en tarifas, regulaciones y herramientas de análisis energético. Su papel es muy valioso porque actúa como un intermediario entre el cliente y las soluciones técnicas, traduciendo información compleja en decisiones sencillas.
El asesor es quien detecta oportunidades, propone soluciones y acompaña al cliente en todo el proceso de ahorro.
Consultor energético: análisis más técnico y estratégico
El consultor energético va un paso más allá en profundidad técnica. Suele trabajar con empresas, industrias o grandes consumidores que requieren una estrategia energética más compleja y a largo plazo. Su trabajo implica un análisis más detallado de los sistemas, procesos y consumos energéticos del cliente.
Mientras el asesor puede recomendar una tarifa o cambiar una potencia, el consultor puede realizar un estudio de viabilidad para instalar una planta solar en una fábrica, calcular el retorno de una inversión en aerotermia, planificar una estrategia de autoconsumo colectivo o diseñar un plan de eficiencia energética para toda una cadena de hoteles.
Este perfil suele tener formación técnica: ingenieros, arquitectos o especialistas en energías renovables. También suelen dominar herramientas avanzadas de simulación y cálculo energético, conocer las normativas de eficiencia y tener experiencia en gestión energética a gran escala. Además, suelen estar al tanto de las subvenciones y ayudas disponibles, y ayudan al cliente a acceder a ellas con una visión más estratégica.
El consultor aporta una visión más técnica y global, diseñando proyectos de eficiencia energética personalizados y de mayor envergadura.
Auditor energético: verificación y diagnóstico oficial
La figura del auditor energético está regulada por normativa. Es un profesional certificado y habilitado para realizar auditorías energéticas obligatorias, especialmente en empresas grandes, edificios públicos o sectores industriales con un alto nivel de consumo.
El trabajo del auditor no es proponer soluciones directamente, sino evaluar con rigor técnico cómo se está utilizando la energía en una instalación, detectar pérdidas o ineficiencias, y elaborar un informe detallado con recomendaciones de mejora. Este documento debe cumplir ciertos requisitos legales y puede ser requerido por la administración en determinados casos.
El auditor trabaja sobre mediciones, análisis de datos reales y comprobaciones in situ. Su labor es objetiva, independiente y basada en datos. En muchos casos, actúa como una figura externa al equipo habitual del cliente y no suele involucrarse en la implementación de las mejoras recomendadas, aunque sí en el diseño del plan de actuación.
El auditor realiza un diagnóstico oficial y riguroso del uso de la energía, detectando ineficiencias y certificando el estado energético de una instalación.
¿Cuál es la figura que más se demanda?
Aunque todas las figuras tienen su espacio dentro del ecosistema energético, la figura del asesor energético es actualmente una de las más demandadas. ¿Por qué? Porque es la que está más cerca del cliente final y responde a una necesidad muy concreta: pagar menos en la factura de la luz y del gas sin complicaciones.
No todas las empresas necesitan una consultoría energética a gran escala, ni todas las comunidades tienen la obligación de pasar una auditoría. Pero prácticamente cualquier consumidor —particular o profesional— puede beneficiarse del trabajo de un buen asesor. Desde ajustar la potencia hasta planificar una instalación solar compartida, su papel es cada vez más imprescindible.
Además, muchos asesores acaban ampliando su perfil con el tiempo: algunos se especializan en autoconsumo y pasan a ofrecer servicios más similares a los de un consultor. Otros se certifican como auditores para ofrecer servicios más completos. Por tanto, son roles que no compiten entre sí, sino que pueden complementarse perfectamente dentro de un mismo proyecto o empresa.
¿Dónde encontrar ofertas de trabajo como asesor energético?
A día de hoy, las oportunidades laborales en este sector son numerosas y variadas. Puedes encontrar vacantes tanto en empresas especializadas en energía como en consultorías más amplias que han incorporado departamentos energéticos. También hay oportunidades en comercializadoras eléctricas, instaladoras solares o compañías tecnológicas del sector energético.
Principales canales para buscar empleo:
- Portales generalistas: InfoJobs, Indeed, LinkedIn, JobToday...
- Portales específicos de energía: como Talentclue o el área de empleo de asociaciones del sector energético.
- Consultoras energéticas especializadas: muchas tienen sus propias páginas de empleo o buscan colaboradores autónomos.
- Empresas como ElectryConsulting, que ofrecen servicios de asesoría energética y buscan profesionales comprometidos para ampliar su red de asesores. Si estás buscando una oportunidad real de crecimiento en este sector, puedes consultar directamente sus vacantes en el apartado de trabaja con nosotros y descubrir cómo empezar tu camino como asesor energético.
Además, si tienes perfil comercial, también puedes optar por el modelo de colaboración como asesor freelance. En estos casos, tú decides tu ritmo, tus clientes y tus ingresos, con el respaldo de una marca y herramientas de formación.
Claves para empezar en el sector de la asesoría energética
¿Quieres dar el paso? Estás ante una de esas profesiones con recorrido, proyección y propósito. No solo puedes generar buenos ingresos, sino que ayudas a empresas, vecinos y hogares a entender mejor su consumo y reducir sus facturas. Pero como en cualquier sector, es importante empezar con buen pie y tener claro por dónde ir. Aquí te damos algunas claves para iniciarte como asesor energético sin morir en el intento:
1. Fórmate, pero sin complicarte
Hoy en día hay muchos cursos online gratuitos o de bajo coste que te enseñan desde cero los conceptos clave: qué es la potencia contratada, cómo funciona la discriminación horaria, qué diferencias hay entre una tarifa indexada y una fija, cómo afectan los peajes o cómo se calcula el término de energía. No se trata de memorizar, sino de entender cómo se conecta todo.
Además, muchas consultoras energéticas —como ElectryConsulting— ofrecen formación interna a los nuevos asesores, con herramientas, guías prácticas, asesoramiento y acompañamiento para empezar con seguridad. Si tienes actitud, ganas y compromiso, puedes adquirir los conocimientos que necesitas en poco tiempo.
2. Familiarízate con las facturas: tu principal herramienta
Uno de los puntos de partida más efectivos es analizar tus propias facturas o las de familiares y amigos. ¿Están pagando de más? ¿La potencia contratada es adecuada? ¿Qué tarifa tienen? ¿Cuánto consumen en horas punta y valle? Este ejercicio te permite ver cómo aplicar lo aprendido a casos reales y te entrena para las situaciones que te vas a encontrar con tus futuros clientes.
Además, te ayudará a identificar patrones, entender qué errores son más frecuentes (como penalizaciones por exceso de potencia o recargos por reactiva), y a detectar rápidamente cuándo hay margen de mejora. Cuanto más practiques, más rápido y seguro serás a la hora de asesorar a otros.
3. Aprende a comunicar, no solo a calcular
Saber identificar un ahorro es importante, pero igual de importante es saber explicarlo. El perfil del asesor energético no es técnico puro: es alguien que conecta con el cliente, entiende sus dudas y traduce conceptos complejos en lenguaje claro. Una buena explicación puede marcar la diferencia entre cerrar una propuesta o perder una oportunidad.
Por eso, trabaja tu comunicación. Aprende a escuchar antes de hablar, a detectar lo que el cliente necesita (aunque no lo diga directamente) y a responder de forma sencilla, sin jergas. No se trata de impresionar con tecnicismos, sino de transmitir confianza y claridad. Un asesor que sabe conectar es un asesor que fideliza.
4. Rodéate de una buena estructura de apoyo
Especialmente si empiezas desde cero, trabajar de la mano de una empresa que te respalde puede ser la clave. No solo te va a aportar formación, sino que te facilitará herramientas tecnológicas, acceso a tarifas competitivas, soporte técnico y, en muchos casos, una base de clientes potenciales sobre la que trabajar.
Además, contar con una marca detrás te da credibilidad ante los clientes y te permite centrarte en lo más importante: asesorar bien. En ElectryConsulting ofrecemos a nuestros asesores formación continua, asesoramiento personalizado y todas las herramientas necesarias para que puedas desarrollar tu actividad con autonomía, pero sin sentirte solo.
5. Empieza por tu entorno
Tu primer cliente puede estar más cerca de lo que imaginas. Familiares, amigos, vecinos, pequeños comercios del barrio... Todos ellos pagan facturas de luz y gas. Muchos no saben si están pagando de más o si podrían ahorrar. Ofrecerles una revisión gratuita puede ser una forma sencilla de empezar, ganar experiencia y, de paso, conseguir tus primeros resultados reales.
Además, un cliente satisfecho es tu mejor carta de presentación. El boca a boca funciona muy bien en este sector. Si ayudas a alguien a reducir 300€ al año, ten por seguro que lo contará. Y con cada caso que resuelvas, tendrás más confianza, más ejemplos y más argumentos para seguir creciendo.
6. Conoce las herramientas del día a día
Un asesor energético no trabaja a ciegas. Utiliza plataformas para comparar tarifas, software para analizar consumos, hojas de cálculo para hacer simulaciones y presentaciones claras para mostrar al cliente sus opciones. Familiarizarte con este tipo de herramientas te hará más ágil y profesional.
No hace falta ser un experto en Excel, pero sí manejar bien lo básico: filtros, fórmulas sencillas, tablas dinámicas. También conviene conocer cómo funcionan los sistemas de monitorización de consumo, los contadores inteligentes y las plataformas que permiten hacer un seguimiento energético mensual. Estas tecnologías están cada vez más presentes y marcan la diferencia a la hora de ofrecer un asesoramiento completo.
7. Especialízate con el tiempo
A medida que vayas ganando experiencia, te darás cuenta de que hay nichos dentro del mundo de la asesoría energética: comunidades de vecinos, negocios con horarios nocturnos, restaurantes, industrias, oficinas, viviendas con placas solares... Cada uno tiene sus particularidades y necesidades concretas.
Especializarte en uno de estos perfiles puede ayudarte a diferenciarte y convertirte en referente en un segmento concreto. También te permite afinar tus propuestas, adelantarte a las dudas del cliente y ofrecer soluciones más precisas. No hace falta decidirlo desde el principio, pero tenerlo en mente te puede abrir nuevas puertas a medio y largo plazo.
8. Haz networking, aunque estés empezando
Relacionarte con otros profesionales del sector puede parecer innecesario al principio, pero es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Participar en charlas, webinars, grupos de LinkedIn o ferias de energía te permite estar al día de las novedades del mercado, descubrir herramientas nuevas, conocer a posibles colaboradores y, por qué no, captar nuevos clientes.
Además, compartir experiencias con otros asesores te ayuda a resolver dudas, aprender de casos reales y ampliar tu visión del sector. No estás solo, y cuanto más te muevas, más puertas se te abrirán.
Una profesión con futuro y con propósito: ¿te sumas?
El trabajo de asesor energético no solo ofrece estabilidad, ingresos atractivos y posibilidades de crecimiento. También tiene un componente muy valioso: estás ayudando a las personas a ahorrar, a entender su consumo y a ser más sostenibles. Es un trabajo que marca la diferencia, y que tiene mucho que aportar en la transición energética que ya estamos viviendo.
En ElectryConsulting apostamos por este cambio. Contamos con una red de asesores profesionales que trabajan cada día para ofrecer servicios de asesoría energética personalizados, eficientes y adaptados a las necesidades de cada cliente. Si quieres formar parte de un sector en auge, con formación continua y herramientas digitales, te animamos a dar el paso. ¿Estás preparado para convertirte en un referente del ahorro energético?